
Detrás del boom relativo a la comercialización de alimentos fraccionados de los comercios minoristas y grandes superficies recientemente inauguradas, se evidencian Importantes Riesgos Asociados a la Inocuidad y a la Salud de los consumidores; la aparente conveniencia económica y sobre todo la necesidad del consumidor, hacen que el mismo no se percate de los mencionados riesgos:
Rotulación: estos alimentos carecen de rotulación legal y obligatoria, con el riesgo del consumo no intencional de ingredientes que pueden causar afecciones en su salud, tales como la presencia de alérgenos, azúcares, sal, conservantes, entre muchos otros componentes.
Adulteración y Fraude: mencionando algunas de estas posibilidades ampliamente asociadas en éste tipo de prácticas de fraccionamiento: alimentos diluidos (leche con agua), sustitución (aceite de oliva con aceite de girasol), ocultación (uso de colorantes prohibidos), enriquecimientos no aprobados, falsificación (vender algo por otro similar) y comercialización de productos robados. Sirvan éstos sólo a modo de ejemplos.
Inocuidad: ¿Quién podría garantizar la inocuidad de los alimentos relacionadas a las contaminaciones microbiológicas, físicas (proveniente del mismo proceso de fraccionamiento o de la manipulación en el mismo local comercial) y contaminaciones químicas (entre ellas Alérgenos no declarados, aerosoles generados en el local, productos de limpieza, entre otros)?
Caducidad: una de las prácticas ilegales más relevadas en los negocios minoristas refieren a la adulteración de rótulos de origen a través de las prácticas de borrar o ampliar las fechas de vencimientos de los alimentos… en este contexto, surge la interpelación acerca de cómo se controla esta práctica, asociada a inescrupulosos que podrían vender alimentos vencidos, ahora que no presentan el alimento en su envase original; ¿Y cómo el consumidor se resguarda de esto?.
Identificación y Trazabilidad: los riesgos asociados a la falta de Identificación y Trazabilidad son contundentes: Cualquier persona que consuma y por desgracia tenga alguna afección producida por el alimento, no podrá NUNCA identificar la causa que lo generó a partir del alimento, ya que la comercialización carece de Identificación y trazabilidad; es decir no sabemos nada acerca de quién es el fabricante y su lote para poder investigar las causas. Y por supuesto, tampoco se conoce quien es el responsable legal de la fabricación del alimento.
Reflexiones finales:
- Quienes deben velar por la Seguridad Alimentaria de la población carecen de presencia y lineamientos serios en relación a esta temática, teñida de un discurso de necesidad de acceso a los alimentos de la población, sin considerar sus derechos al acceso de alimentos inocuos. Nos preguntamos: ¿Cuál es el rol del estado en esta situación?; ¿Quién habilita y controla estos locales?; ¿Quién se preocupa de la salubridad de los alimentos para que no enfermen a las personas?.
- Es preocupante escuchar a personas de Universidades, como de las diferentes administraciones públicas, justificar en la situación económica éstas y otras actividades, como ser la venta ambulante u otros negocios no habilitados.
- El rol de los comunicadores y famosos que en el afán de visibilizarse defendiendo al pueblo, caen en la negligencia de auspiciar el consumo de productos ilegales y carentes de controles sanitarios.
Nuestro deber como profesionales de la Alimentación y la Inocuidad, es dar a conocer estos riesgos, sobre todo a los consumidores que no siempre son instruidos de manera clara y mucho menos, cuidados-resguardados tal como se merecen. elativo a la comercialización de alimentos fraccionados de los comercios minoristas y grandes superficies recientemente inauguradas, se evidencian Importantes Riesgos Asociados a la Inocuidad y a la Salud de los consumidores; la aparente conveniencia económica y sobre todo la necesidad del consumidor, hacen que el mismo no se percate de los mencionados riesgos:
Rotulación: estos alimentos carecen de rotulación legal y obligatoria, con el riesgo del consumo no intencional de ingredientes que pueden causar afecciones en su salud, tales como la presencia de alérgenos, azúcares, sal, conservantes, entre muchos otros componentes.
Adulteración y Fraude: mencionando algunas de estas posibilidades ampliamente asociadas en éste tipo de prácticas de fraccionamiento: alimentos diluidos (leche con agua), sustitución (aceite de oliva con aceite de girasol), ocultación (uso de colorantes prohibidos), enriquecimientos no aprobados, falsificación (vender algo por otro similar) y comercialización de productos robados. Sirvan éstos sólo a modo de ejemplos.
Inocuidad: ¿Quién podría garantizar la inocuidad de los alimentos relacionadas a las contaminaciones microbiológicas, físicas (proveniente del mismo proceso de fraccionamiento o de la manipulación en el mismo local comercial) y contaminaciones químicas (entre ellas Alérgenos no declarados, aerosoles generados en el local, productos de limpieza, entre otros)?
Caducidad: una de las prácticas ilegales más relevadas en los negocios minoristas refieren a la adulteración de rótulos de origen a través de las prácticas de borrar o ampliar las fechas de vencimientos de los alimentos… en este contexto, surge la interpelación acerca de cómo se controla esta práctica, asociada a inescrupulosos que podrían vender alimentos vencidos, ahora que no presentan el alimento en su envase original; ¿Y cómo el consumidor se resguarda de esto?.
Identificación y Trazabilidad: los riesgos asociados a la falta de Identificación y Trazabilidad son contundentes: Cualquier persona que consuma y por desgracia tenga alguna afección producida por el alimento, no podrá NUNCA identificar la causa que lo generó a partir del alimento, ya que la comercialización carece de Identificación y trazabilidad; es decir no sabemos nada acerca de quién es el fabricante y su lote para poder investigar las causas. Y por supuesto, tampoco se conoce quien es el responsable legal de la fabricación del alimento.
Reflexiones finales:
- Quienes deben velar por la Seguridad Alimentaria de la población carecen de presencia y lineamientos serios en relación a esta temática, teñida de un discurso de necesidad de acceso a los alimentos de la población, sin considerar sus derechos al acceso de alimentos inocuos. Nos preguntamos: ¿Cuál es el rol del estado en esta situación?; ¿Quién habilita y controla estos locales?; ¿Quién se preocupa de la salubridad de los alimentos para que no enfermen a las personas?.
- Es preocupante escuchar a personas de Universidades, como de las diferentes administraciones públicas, justificar en la situación económica éstas y otras actividades, como ser la venta ambulante u otros negocios no habilitados.
- El rol de los comunicadores y famosos que en el afán de visibilizarse defendiendo al pueblo, caen en la negligencia de auspiciar el consumo de productos ilegales y carentes de controles sanitarios.
Nuestro deber como profesionales de la Alimentación y la Inocuidad, es dar a conocer estos riesgos, sobre todo a los consumidores que no siempre son instruidos de manera clara y mucho menos, cuidados-resguardados tal como se merecen.
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